Don Francisco Cerro, Ilustrísimo Señor Obispo de Coria-Cáceres se va a ganar no sólo un rinconcito en este blog (le cogeré el lugar más ventilado y soleado para él solito) sino también un lugarcito en el corazón de muchos católicos. Esperemos también que en el corazón de algún feligrés.
Y es que este Ilustrísimo y reverendísimo castigo del Cielo vuelve a ser protagonista con su buena práxis pastoral. Después de dar ejemplo del buen sacerdocio católico y de ser todo un liturgista, ahora toma ejemplo de nuestros próceres y se dedica a reunirse con los moros, en alianza interreligiosa de civilizaciones será. Pero no con cualquier moro, sino con el mismísimo imán de Cáceres.
Pues muy bien, el pastor dando de comer a los lobos. Disipando y malbaratando al ganado que tiene que vigilar. Ya les adelantamos parte de sus vilipendios a la liturgia en la anterior entrada. Pues no teniendo avisado que ronda a las ovejas, el señor obispo y su pléyade de colaboradores/colaboradoras se dedica alimentar a la alimaña.
Como cuenta la hoja diocesana del 14 de febrero, día de San Valentín, (que bonita fecha nos elige el señor Obispo para comunicarnos tal nueva) don Francisco recibe al invasor con sus huestes en presencia de una monja (eso dice el papel, no nosotros. Aquí nosotros pensamos lo mismo que el moro, porqué la monja no se cubre la cabeza). La susodicha ha debido de ser quién ha organizado todo este jolgorio, Catalina López.
Bueno si ustedes quieren coger unas buenas arcadas no dejen de leer el artículo. Es un compendio de estulticias: mucho de nada. Desde aquí recomendamos a la redactora, sí se dice católica, que aprenda aquello de "extra Ecclesiam nulla salus" y que el día de su juicio particular recuerde que dará cuentas del escándalo que infligea las pocas almas que leeran tan mediocre y poco interesante medio de comunicación.
Don Francisco es su ilustrísima no sólo complice, también es auctor de la ruina de la Iglesia en España y la perdida de millares de almas.
"El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama." (Lc 11,23)
El "juan-pablismo" militante causa estos estragos, confusión sobre confusión.
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totalmente de acuerdo con Terzio, oremus et pro Ecclesiam nostram destructam
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