lunes, 16 de abril de 2012

Intenciones de destruir la Liturgia romana con el pretexto de hacer una nueva versión.

[2ª PARTE:  Destruir la liturgia (II). La temible revisión del Missale Romanum, por Secretum meum mihi.]



   Nos hacemos eco de la entrada que don Isaac García Expósito publicó el pasado 31 de enero del corriente año. No hay duda que hay mucha preocupación por este caballo de Troya, donde la excusa de meter a dudosos santos puede alterar la barrera que suponen las rúbricas de 1960.  
 
   Desde In diebus illis, nunca hemos sido partidarios de estas rúbricas protomodernistas. Tanto éstas, como todas las reformas pianas de los años 50, han sido una conquista de los modernistas agazapados en el dudoso Movimiento Litúrgico. Recuperando las viejas reivindicaciones jansenistas e iluministas. Un ejemplo claro fue el condenado Pascasio Quesnel por la bula Unigenitus de Clemente XI [Denzinger 1351-1451; DS 2401-2501]. O la anatematización que Pío VI hace del conciábulo de Pistoya y sus experimentos litúrgicos. Hay una constante adversión a la Tradición en estos 'pseudoreformadores'. Y un gran aprecio a las innovaciones para intentar amoldar siempre la liturgia a las supuestas necesidades de los tiempos "o de los vientos".

   Sirvan estas palabras a los lectores para empezar a rechazar tales tentativas. Y, a su vez, abrir el debate sobre las rúbricas que Juan XXIII y Pío XII aprobaron en los años 60 y 50, respectivamente, del siglo pasado. No es una reivindicación sedevacantista sino una recuperación de la verdadera tradición secular de la Santa Madre Iglesia de Roma. Es poner en duda esas reformas que dieron pie a las posteriores que culminan con la devastación de 1969.
   
Por último recordar que, por las interesadas reformas que el Consilium fue precipitando para intentar rematar la Misa del inmemorial rito latino de la Iglesia Romana, acabó con una gran editorial e imprenta que durante décadas trabajó en España por dar servicio a numerosas capillas, parroquias, conventos, colegiatas y catedrales del Mundo entero, poniendo a disposición unos libros litúrgicos de gran calidad. Con una tipografía muy exquisita (para nuestro gusto) y una presentación inigualable. Nos referimos a la Editorial Litúrgica Española. Que cerró sus puertas a finales de los sesenta por no poder hacer frente al duro golpe que supuso no poder vender el último misal editado según las rubricas de 1962. Espero que no sirva de precedente. Nuestro recuerdo a la familia Gili y a don Joaquín Gili i Morós que tuvo que cerrar la empresa familiar heredada de sus antepasados.

   San Alfonso Mª de Ligorio nos recuerda lo que dijo la Santa, Teresa de Jesús: "daría mi vida por la menor de las rúbricas de la Misa".



   Secretum meum mihi, entre otros medios, recoge la carta que la Federación Internacional  Una Voce ha publicado, en ocasión del comienzo de los trabajos de revisión del Misal del 62 que la Comisión Ecclesia Dei está preparando.
   Ciertamente el papa Benedicto, en la carta que acompaña al Motu Proprio Summorum Pontificum, deja abierta la posibilidad de incorporar los santos canonizados desde el año 1.962 en adelante, además de incorporar algunos de los nuevos prefacios, pero lo que la FIUV se huele es que, ya que el Pisuerga pasa por Valladolid, se aproveche la ocasión para meter la pluma en el Misal y asistamos a una  versión 62.1, adaptada a los tiempos, con resultados nada bueno. De ahí el temor suscitado por dicha reforma.
   Revisar un Misal que, por una parte, todavía no se ha implementado en la mayoría de las diócesis y que cuenta, además, con la oposición efectiva de un gran sector de la Iglesia, y no precisamente de aquél  tildado como «progresista», no parece que tenga mucho sentido. Además, habría que añadir que, vistos los estragos ocasionados por el huracán – reformista – litúrgico del año 1.969 y que  los propios fieles que asisten al Usus Antiquior – en general, con una gran sensibilidad litúrgica – no han dicho ni mú al respecto, es lógico que, en cierta manera, se levante la guardia, o dicho de otra forma, Virgencita, que me quede como estoy.
   Personalmente pienso que una reforma no tiene por qué ser mala. Eso sí, para hacerla de una manera cabal, a mi modesto modo de ver, creo que lo más razonable sería volver al punto de inicio en el cual se empezó a retocar el Misal, es decir, al año en el que se realizaron los cambios en la Semana Santa  y,  a partir de ahí, iniciar el proceso lento, orgánico, de modificación del Misal en las cosas que realmente sean necesarias, incorporando los aciertos – que no siempre tienen que dar lugar a modificaciones. Pienso en las doce lecturas de la Vigilia Pascual, lecturas que han desaparecido en el Misal del año 1.962 -, y desechando los numerosos errores, todo sin urgencias.
    Como se puede comprobar, los vientos de cambios, siguen soplando.  Que el Señor nos libre de nuevas tormentas.




Aquí pueden ver y descargarse el misal de 1951. (aunque diga 1962 es de 1951, donde entra el nuevo propio de la Misa del 15 de agosto, Festividad de Nuestra Señora de la Asunción.)

Todas las imágenes que acompañan al texto son del Missale Romanum Ex decreto Sacrosanti Concilii Tridentini restitutum. Editado y publicado por la Editorial Litúrgica Española, herederos de Juan Gili, Barcelona.


12 comentarios:

  1. Muchísimas gracias por el tremendo regalo. ¿Alguien sabe dónde se puede uno descargar el breviario?

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    1. Bueno, de nada pero sepa que ese misal no es el oficial. Ni las rúbricas, ni el santoral, ni las fiestas... De breviario es más fácil comprarlo en papel. Pero sería con la versión del Salterio de Pío XII. Un saludo

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  2. Veo que el gravatar es de La Fuencisla, ¿lo tendrán en la Librería Cervantes? (me refiero al breviario). Muchas gracias

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  3. Sí, es el Santuario de N.Sra. de la Fuencisla. Sobre el breviario romanum, lo desconozco. Busque en ebay.com, iberlibro.com o amazon.com buscando Breviarium romanum 1960/1961/1962 es más fácil encontrarlo en papel con el Salterio de Pío XII (No es el salterio de la Vulgata). Si de verdad quiere el auténtico breviario romano, busque una edición anterior a la reforma de San Pío X con la Carta Divino afflatu. Se desmontó por completo y se reordenó (a saber cómo) el Breviario mandado restaurar por el Concilio de Trento. Un saludo

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  4. Un millón de gracias

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  5. Tengo entendido que Benedicto XVI desde el primer momento modificó el misal del 62. Hace dos años más o menos me compré en Roma un misal (edición nueva, reimpreso con motivo de Summorum Pontificum) que incluía al final una hojita sin encuadernar con la que había de reemplazarse la correspondiente a los "pérfidos judíos", con términos más suaves.

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    1. ¡Cierto! Pero ya Juan XXIII es el primero que lo suaviza al eliminar de la multisecular oración el término pérfidos. Oficialmente en las rúbricas del 60 ya no está este término para la feria VI in Passione et Morte Domini. Ya Pío XII hizo aquella revolución (dentro de otra revolución que fue el poner patas arriba la Semana Mayor o Santa) la de contestar [b]amén[b/] para aquella oración, que se dijera [b]orémus[b/], que el diácono cantase el [b]flectámus génua[b/] y el subdiácono contestase [b]Leváte[b/].

      Bueno el misal que ha adquirido no está mal para empezar. Pero no se puede comparar a un Mame (el más publicitado y conocido) del 62 o un ELE (una ‘rara avis’) de la misma fecha.Ya le contaré y es que tengo un pequeño vicio y es coleccionar misales de todas las épocas, tamaños y procedencias. Es una afición muy cara y desgraciadamente tengo que venderlos pasado un tiempo, pero se aprende mucho.

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  6. Para que engañarnos todo lo que tocan lo destruyen, y hablo desde la conciliar...

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    1. Por partes: Sí todo lo que tocan lo destruyen pero que usted diga que habla desde la [Iglesia] conciliar afirmando eso... perdóneme, pero lo dudo. Pidamos a Dios mucha fe y mucha esperanza.

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