miércoles, 25 de febrero de 2009

MIÉRCOLES DE CENIZA (actualizado)

Parte variable aquí de la misa.


La liturgia de este día es doble: imposición de la ceniza(1) y sacrificio eucarístico. Tenemos ahí el vestigio de una antigua ceremonia. La ceniza se imponía en la iglesia de la Colecta o reunión, es decir, la de Santa Anastasia; el sacrificio se celebraba en la iglesia de la Estación, la de Santa Sabina, que se alzaba en el Aventino, Llevando la ceniza sobre sus cabezas, el Papa y los cristianos de Roma iban desde Santa Anastasia hasta Santa Sabina, con los pies descalzos, implorando misericordia, para empezar los ejercicios de la milicia cristiana con el santo ayuno de la Cuaresma y para luchar contra los espíritus del mal con las armas de la abstinencia. (Bendición de las cenizas). Es un resto de la penitencia pública a que se sometía a los pecadores en los primeros siglos. Antes de ser apartado de los fieles, el pecador era salpicado con ceniza, símbolo de penitencia, y vestido con el humilde hábito penitencial. Al suprimirse el uso de la penitencia pública, alrededor del año 1000, la ceremonia se extendió a todos los cristianos. Todo cristiano fervoroso debe presentarse con humildad y espíritu de penitencia a recibir la ceniza y a escuchar las graves palabras que pronuncia el sacerdote al imponerla: «Acuérdate, hombre, que eres polvo y al polvo has de volver». Los textos de la Misa están inspirados todos en esta idea de la penitencia. Dios es siempre misericordioso para con todos los que se convierten a Él. (Introito); pero importa rasgar los corazones más que los vestidos (Epístola). El que ayune generosamente, no por agradar a los hombres (Evangelio); el que reciba con la debida piedad las venerables solemnidades del ayuno (Oración), ese podrá cantar: «Te exaltaré, Señor, porque me recibiste y no alegraste a mis enemigos sobre mí. Clamé a Ti y me sanaste» (Ofertorio).

(1) La ceniza es símbolo de penitencia, y bendita pr la Iglesia, se trueca en un sacramental que nos mueve a desarrollar en nosotros el espíritu de humildad y de sacrificio.

ACTUALIZACIÓN

El cura don Angel David ha publicado una arengadora columna en el Diario YA:

"[...]Hoy el espíritu de la Iglesia debería seguir siendo el mismo aunque la reforma litúrgica de 1969 ha desdibujado en buena medida el rostro austero y tantas veces centenario de la Cuaresma cercenando textos y antífonas seculares y la arbitrariedad de pastores y fieles hace difícilmente reconocible la identidad de este tiempo litúrgico: hay sitios donde simbolizan la limpieza del pecado ―estructural, por supuesto― escenificando un fregoteo con detergente. Rotunda debería ser la afirmación de que el cristiano ha de vivir, según el Maestro, en la cruz y la mortificación: «En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo» (Juan 16, 33). "

1 comentario:

  1. gracias in diebus illis por tu blog vecino y anejo al mio, iba yo a escribir oír sobre elbisp Williamson pero me sobreoge el proter metum judeorum de nuestra passio. Quizas la plegaria en esta choa dificil que ve la Iglesia sobrepuje al comentario... estamos tan solos, pero ánimo

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