miércoles, 25 de febrero de 2009

En aquellos días...

Navegando para conocer las vestiduras religiosas que utiliza (o debiere utilizar) la Santa Iglesia Romana me topé con un blog en inglés muy completo: Dappled Photos.

Llegando al apartado de los canónigos encontré esta imagen:

Son tres canónigos de la Catedral de Segovia. Pues quien asista a la misa en la Catedral de Segovia (en la Capilla del Santísimo Sacramento) todos los días a las 10 de la mañana podrá asistir a un ceremonial que algún momento se parece al que "en aquellos días" de un pasado honroso se celebraba en ese mismo lugar.

Mucetas moradas, roquete, capas negras y todo esto sobre ¿¿sotanas?? Si parece mentira; he dicho sotanas en Segovia. A parte de esta ocasión y alguna excepcional ocasión, nadie lleva sotana. Claro, excepto los sacerdotes más viejos de la residencia. Ni clergyman, y eso que estoy haciendo memoria. Y les aseguró que me estoy esforzando.

Dice el Padre Fortea: «[...]los eclesiásticos quisieron proclamar a los cuatro vientos, en la calle, en el mercado, en todas partes, su consagración, el carácter sagrado de su misión.»

Añade al final: «[...]Decir que los sacerdotes deben vestir como todo el mundo, supone olvidar que cada uno se manifiesta a sí mismo a través de la ropa que escoge. Si yo quiero manifestar con mi ropa que Dios lo es todo para mí, ¿por qué debo cohibirme?

Pero la ropa no sólo manifiesta eso, sino que por ejemplo una sotana, manifiesta una continuidad secular. El mismo color no es algo que haya aparecido por azar. El negro es solemne, recuerda la muerte al mundo de aquellos que lo portan. El blanco del alzacuellos su pureza.

En medio de un mundo secularizado, de unas calles en las que no hay referencia ninguna a la otra vida, ni a Dios, me encanta ver a monjas, frailes y curas que van predicando con su paso y su porte. Del mismo modo que en Nueva York me gusta ver a los rabinos y a los judíos por la calle. Pues ellos van proclamando con su presencia VISIBLE que el Pueblo de la Alianza sigue vivo.»

No debo añadir más. No se puede decir de una forma más escueta y completa. Y es que en aquellos días se sabía quien era sacerdote de Dios, según el rito de Melquisedec (Ps. 110, 4).

6 comentarios:

  1. A mí me encantaría que los curas y monjas llevaran hábito. Precisamente creo que una las las razones de la pérdida de respeto de la gente hacia la Iglesia ha sido el cambio de ropa para vestir "de paisano". A mí un cura en vaqueros me da de patadas.

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  2. los sacerdotes canónigos que aparecen en la foto se llaman don Angel y el de al lado es don Ignacio Matensanz al que escuchó y cantar la Passio. aquella melopea aquella belisima historia se me ha quedado grabada para siempre

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  3. a don angel le llamabamos el chistoso en el seminario, de alejandro no me acuerdo, oye por que no cangamos la pasio el domingo de ramos, el lunes martes niercoles y jueves santo, tiene que ser en latin y en una iglesia la vera cruz por ejemplo, a mi no se me da mal

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  4. Don Alejandro fue enviado a estudiar junto a otros dos sacerdotes a Vitoria, para afrontar mejor los cambios conciliares. Se ordenó en 1971.

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  5. Baste considerar las indicaciones de Jesús a los apóstoles y entre las muchas que da, ninguna tiene que ver con esto. Más bien al contrario en el capítulo 23 del evangelio de Mateo cuando habla de los fariseos y los maestros de la Ley, Jesús crítica severamente a los que quieren distinguirse de los demás por medio de sus vestiduras cuando lo tendrían que hacer por su modo de bueno de vivir. Por su modo fraterno de ser, más que por algo tan trivial como el tipo de ropa que se ponen. Pablo, en sus escritos tampoco hace mención de tal tema. Si se leen con detenimiento sus cartas, con particular atención las cartas pastorales en ningún momento se descubrirá tal temática. Más bien al contrario, al igual que Jesucristo, insiste en la vestidura “moral” de los dirigentes de las comunidades cristianas. Lo mismo se ve en los Hechos de los apóstoles. Hasta Pedro le dice a Cornelio cuando se postra ante él: “Levántate que estas ante un hombre como tú”. Algo muy en la línea de las palabras de Jesús en Mateo 23. La concepción de la condición de “clerigo” como separado del pueblo es más levítica que cristiana. Léase en profundidad la carta a los Hebreos y se descubrirá que el sacerdocio cristiano pasa por ofrendar la propia vida, antes que por separarse de los demás por el modo de vestir y por pretendidas reverencias y dignidades impostadas que no tienen sentido alguno a los ojos de Dios. Con claridad San Pablo en la carta a los Filipenses llega a decir que “Jesucristo pasó entre nosotros como un hombre cualquiera”. Y Pedro cuando describe la vida de Jesús no lo hace diciendo que vestía una túnica inconsutil, donde algunos ven de manera exagerada y ridícula el precedente de la sotana, sino diciendo que “pasó entre nosotros haciendo el bien”. Podríamos seguir, si bien, para un tema tan trivial como éste, sólo notable a mis ojos hoy, por el ruido de los integristas o en palabras paulinas “los débiles de mente”, ya basta

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  6. Me responde con un sofisma. Mire, si cree que por que un cura debe vestir como los demás. Pues que el presbítero sea uno más. Que no sea otro Cristo, que vista igual de mal que todos los curas rojos. O igual de "bien" que aquellos que van de traje y corbata. La sotana es sobriedad, es el reflejo de la humildad, de la negación del mundo. " No sois del mundo" (Io XV,18-21). Usted tergiversa y no ve que un sacerdote es alguien sagrado otro Cristo "alter Christus" y que la dignidad le viene por Aquel y no por ellos mismos. Es más a ellos serán a quienes se más se les exija: "[...]a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más." (Lc XII,48) Al igual que en las vestiduras para celebrar el Santo Sacrificio: ¿Quién oficia? Cristo. Pues si oficia Él, a Él todo y a nosotros nada. Por muy humildes y sencillas que sean las vestiduras que siempre sean dignas, dignas de Dios. Con sus palabras pelagianas quiere confundir. Y desecha los rasgos más bellos del Antiguo Testamento, los referentes al sacrificio que son anticipación y modelo para el nuevo sacerdocio y el nuevo sacrificio de Cristo. Pero si usted como seguro que le pasará niega este nuevo sacerdocio y este nuevo sacrificio (o lo tergiversa con su modernismo) me queda lamentar y rezar por usted en cuantas cosas más errará.

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