Acabo de conocer esta triste noticia.
Una Voce Málaga ha sufrido un injusto golpe por parte de su obispo. Catalá, el obispo de Málaga, se retrató por aquel entonces. Algunos tenían la esperanza de que fuese el coto de tanto desmán. La diócesis se iba deshaciendo poco a poco, por falta de una buena reforma, por falta de ortodoxia, ante el empuje de las nuevas sectas, la indiferencia de la mayoría de los malagueños.
Pues erraron, Catalá lo ha dejado claro. "verdes las habéis segado". Y así es, Catalá ha demostrado muy malas maneras, ha mentido, ha negado el pan, como muy bien
dice Cigoña, a sus hijos.
El obispo miente, sabe que su soberbia impide que reconozca que era fácil poder oficiarse la misa en Málaga. Hace dos años un sacerdote diocesano de Málaga lo hizo en la
Iglesia de los Santos Mártires, en el centro de Málaga. Ese sacerdote ¿por qué se vió impedido a volver a celebrar la Santa Misa? ¡Eh? Está claro, la misa no gusta en la diócesis de Málaga, ya sean sus sacerdotes modernistas o el propio obispo. ¿A saber lo que tuvo que padecer ese sacerdote tras aquella celebración?
Bueno, desgraciadamente Fernández de la Cigoña ha tenido que dar parte de lo sucedio en Málaga. Es bochornoso como actua la camarilla de Añostro, son las artes perversas de aquel que domina y cacarea allí: Rouco. Obispos malos y obispos necios, al final será eso lo que nos merezcamos.
Y mientras tanto los
rallies ¿Dónde están? Otro golpe más para la verdadera reforma de la Iglesia. Para condenar un Concilio nefasto pero hoy más de uno sonrojado mirará hacia otro lado. - Pobres obispos - pensarán ellos - sufren mucho, no pueden obedecer al Santo Padre. Si seguro, estos eran como en sus tiempos al final del franquismo pensaban sus fieles más adictos sobre Franco. Se decía: "si la culpa de lo que pasa no es de Franco, sino de esos ministros traidores". Ya ¿y quién puso a esos ministros
traidores allí?
La crónica de lo sucedido:
Para ponerles buena cara y sonrisas a otros, a esos si tiene tiempo. Pero a los que sabe que puede pisar, arremete contra ellos sin piedad.