No salimos todavía de una y entramos en otra. Salimos de Málaga y nos metemos en Malagón. Y es que el obispo de Segovia gobierna de “forma extraordinaria” esta diócesis. Y sobre todo con los carmelitas descalzos de por medio. Y es que uno se plantea: ¿las órdenes religiosas compiten entre ellas por saber cuál hace más daño y perjuicio a la Santa Iglesia católica y por ende a Jesucristo Nuestro Señor?
Desde que se dedica a visitar mezquitas y hablar con infieles, con muchos respetos humanos, eso sí, el obispo está que lo tira. Dentro de poco en su diócesis, en el convento de los Padres Carmelitas Descalzos, esos hijos descarriados de San Juan de la Cruz, se va a permitir que en su convento, se celebren unas jornadas de masonería. Masonería y Cristianismo. Menudo cóctel. Es una mezcla sin duda venenosa. El veneno de la corrupción del cristianismo. Y está es la evangelización de don Ángel Rubio Castro y de los carmelitas descalzos (de hábito proletario).
Allí donde descansan los restos del Doctor Místico, del Patrón de la Poesía castellana. Donde espera la llamada de su Esposo y Señor. Se va a organizar tal conciábulo, con misa Novus Ordo (sospechamos que es Novus Ordo Sæculorum) incluida.
Y es que estos pérfidos se se hacen llamar caballero de Cristo. ¡Que blasfemia! Bajo una capa de pelagianismo puro y duro, de gnosticismo purulento, quieren pervertir la Verdad, al mismo Cristo, Dios humanado, para gritar alto: Non serviam y volver a llamarle Infame destruyendo toda la tradición apostólica.
El CIC 1917 (pío-benedictino) en su canon 2335 (Liber V, pars III, titulus XIII) establecía que "los que dan su nombre a la secta masónica, o a otras asociaciones del mismo género, que maquinan contra la Iglesia o contra las potestades civiles legítimas, incurren ipso facto en excomunión simplemente reservada a la Sede Apostólica".
¡Olé! ¡Bien por la nueva evangelización! ¿Sabían algo en el obispado? Porque la misma faena fue repetida en el mismo convento durante el año 2005, durante el solsticio de verano otra vez, por por una logia vinculada a la actual. Y desde aquí nos preguntamos, ¿sigue permitiendo, el señor obispo, qué se le desplomen las ruinas de la anterior catolicísima y marianísima Segovia apoyando a los infieles y sin oponerse al enemigo? Dejando que los que maquinan contra la Iglesia, contra la Santa doctrina y la salvación de las almas utilicen de los sacros lugares
, santificados por hombres enamorados de Dios en días pasados. Son aquellos bajo aparencia de falsos cristianos que quieren destruir la Santa Iglesia y traer el reino del “otro”, del “sin ley” y cerrar las puertas de los Cielos a tantas almas. ¡Ay de ti Segovia! ¿Quo vadis? Detrás de la perfidia vaticana. Confundiendo a las pobres ovejas del rebaño del Señor con su máscara de pseudo-cristianismo. Lean aquí el tríptico. ¡Qué descaro! Y la jerarquía no hace nada o no se quiere dar por aludida.
Le recordamos al obispo y a los lectores católicos los siguientes documentos de los Romanos Pontífices sobre la secta masónica:
"IN EMINENTI" del Papa Clemente XII, 28 de abril de 1738.
"PROVIDAS" del Papa Benedicto XIV, 18 de mayo de 1751.
"ECCLESIAM" del Papa Pío VII, 13 de septiembre de 1821.
"QUO GRAVIORA" del Papa León XII, 13 de marzo de 1825.
"APOSTOLICAE SEDIS" del Papa Pío IX, 12 de octubre de 1869..
"TRADITI" del Papa Pío VIII, 21 de mayo de 1829.
"MIRARI VOS" del Papa Gregorio XVI, 15 de agosto de 1832.
"QUI PLURIBUS" del Papa Pío IX, 9 de noviembre de 1846.
"QUANTA CURA" del Papa Pío IX, 8 de diciembre de 1864.
"ETSI MULTA" del Papa Pío IX, 21 de noviembre de 1873.
"DIUTURNUM ILLUD", del Papa León XIII, 1881
"ETSI NOS" del Papa León XIII, 15 de febrero de 1882.
"HUMANUM GENUS" del Papa León XIII, 20 de abril de 1884.
"AB APOSTOLICI" (Dall’alto Dell’Apostolico Seggio) del Papa León XIII, 15 de octubre de 1890.
“INIMICA VIS” " del Papa León XIII, 8 de diciembre de 1892
“CUSTODI DI QUELLA FEDE” del Papa León XIII, 8 de diciembre de 1892
"PRAECLARA GRATULATIONIS" del Papa León XIII, 18 de marzo de 1902.
Y añadimos aquí las notas de la Santa Congregación para la doctrina de la Fe del 17 de febrero de 1981 y del 23 noviembre de 1983, bajo Juan Pablo II, por la poca claridad del Canon 1374 (CIC 1983)